
Voy a hablar sobre el precio de Neymar. Pero no voy a entrar a valorar si es buen jugador o no, o si me parece caro. La verdad es que últimamente casi todos los traspasos me parecen caros en esta locura que se ha vuelto el fútbol.
Lo que quiero analizar es la ocultación de cifras que hay en el mundo del fútbol. Que es cierto que todos los equipos la practican, pero con la diferencia de que al Barça casi siempre le creen.
Como ejemplo en el Madrid tenemos el fichaje de Bale. El club dice 91 millones, y el Tottenham habla de 100. Y todo el mundo cree en la segunda cifra (yo incluido).
Pero el Barcelona habla de 57 millones Y todo el mundo conforme, aunque las sospechas de que ha sido más poco a poco van saliendo, todo se tomó como casi dogma de fe. Y quien dijera lo contrario era envidioso o madridista. O lo que es peor, las dos cosas juntas.
Se puede pensar que a lo mejor es porque el club culé no tiene “antecedentes” en maquillaje de cifras.
Pero esto me hace recordar el fichaje de Ibrahimovic procedente del Inter de Milán. El conjunto blaugrana lo fichó por 46 millones más Eto’o, tasando el total del traspaso entre 56 y 61 millones de euros. Esto suponía que valoraban el precio de Samuel Eto’o entre 10 y 15 millones, cuando aún estando en total plenitud y después de hacer una buena temporada antes de marcharse, estaba claro que su valor como mínimo sería entre 30 y 35 millones, con lo que el fichaje de Ibra habría estado entre 76-81 millones de euros.
Como se ve, precedentes hay por tanto, como para no tener que pensar que las cifras son así porque sí.
De hecho, volviendo a Neymar, de los 57,1 millones que se empezó a hablar se ha ido sumando más cantidades poco a poco. Según he podido averiguar las cifras más o menos serían estas:
57,5 millones de traspaso, hay que explicar que esos 400.000 euros de más que pongo, es porque el propio Rosell ya los suma en sus últimas intervenciones públicas.
Prosigo. Como decía 57,5 millones más dos amistosos valorados en 4,1 millones y más 7,9 a fondo perdido, que han enmascarado que es por tener opción preferencial por tres jugadores del Santos.
Hacen un total de 69,5 millones, sin sumar las cantidades en variables, que no han trascendido y por tanto no especulo con ellas. Ni tampoco incluyo, el sueldo de Andre Cury, intermediario que a raíz del fichaje de Neymar ha entrado a formar parte del organigrama culé.
Pero bien ahí no acaba todo. Resulta que una de las empresas que tenían derechos sobre Neymar, DIS, está estudiando denunciar al Barça y al Santos porque no está conforme con la cantidad que le ha correspondido del traspaso. Claro ellos cuentan a partir de eso 57 millones pero es que resulta que de ahí hay que quitar 40 millones que van a parar al padre del jugador.
Por lo que reclama una cantidad de 13,2 millones más de lo que ha recibido.
Si lo sumamos al total anterior de 69,5 millones nos da un resultado de 82,7 millones de euros.
Y como dije al comienzo, no entro a valorar si es caro o barato. Como en el caso de Bale por ejemplo, mientras se pueda pagar nadie tiene por qué quejarse y a mí me parece bien.
Pero es triste que los clubes, ya sea Barça (que he puesto más de ejemplo) o Madrid o quien sea no sean más transparentes en este sentido.
Y no quiero perder la oportunidad antes de terminar, de comentar algo con respecto a estas cifras mareantes.
Y esto sí va directamente al conjunto culé y su entorno mediático. Que me sepan perdonar los aficionados del Barça, porque ellos en realidad no tienen culpa.
Y es la demagogia y la hipocresía con respecto a valorar los precios de los fichajes según sean del Barcelona o del Madrid.
Aquí he comentado que el fichaje de Ibrahimovic, por ejemplo, fue más caro que el de Kaká y el de Zidane y se acerca mucho al de Cristiano Ronaldo. Como parece ser que también le pasa al de Neymar, por lo que no entiendo por qué el Obispo de Barcelona puso el grito en el cielo por el traspaso del portugués pero sin embargo con el de Ibra o el de Neymar se le ve tan callado.
Y aunque es cierto que no llega al precio totalmente desmesurado de Bale, no es exagerado decir que no le falta tanto, como para que Tata Martino no lo pueda también calificar de vergüenza. ¿No creen?