Hoy se cumplen 21 años de una de las mayores sorpresas en la historia del fútbol. El 26 de junio de 1992 la selección de Dinamarca se proclamó Campeona de Europa por primera y única vez en sus más de 100 años de trayectoria.
Que una selección gane un torneo de prestigio por primera ocasión no debiera suponer ninguna hazaña especial, ya que siempre hay una primera vez para todo, pero las circunstancias bajo las que Dinamarca llegó a este torneo y la forma en la que logró alzarse con la victoria final han convertido este triunfo en una auténtica leyenda.

Este relato comienza casi dos años antes, en septiembre de 1990, cuando empezó a jugarse la fase de la clasificación para la Eurocopa de Suecia que iba a disputarse entre el 10 y el 26 de junio de 1992. Dinamarca estaba encuadrada en el grupo 4 de clasificación junto a Yugoslavia, Islas Feroe, Irlanda del Norte y Austria, y sólo el primer clasificado del grupo accedería a la fase final del torneo.
Dinamarca empezó bien en su camino hacia la Eurocopa, pero una derrota en casa ante Yugoslavia y un empate ante Austria le alejaron de la disputa de su cuarta Eurocopa. Llegados a la última jornada de clasificación en noviembre de 1991, Dinamarca no dependía de sí misma, debía ganar a Irlanda del Norte y esperar que Yugoslavia no hiciera lo propio contra Austria. Pero los balcánicos no fallaron y Dinamarca se despedía oficialmente de la posibilidad de jugar la Eurocopa.
Casi 7 meses después, la Federación danesa recibió una notificación de la UEFA comunicándole que Yugoslavia había sido descalificada del torneo por los conflictos armados de la Guerra de los Balcanes y que su selección quedaba invitada a participar en la Eurocopa. Con sólo dos semanas por delante, y con muchos jugadores que ya se encontraban de vacaciones desde hacía casi un mes, el seleccionador danés, Richard Moller-Nielsen, se puso manos a la obra para intentar confeccionar un equipo que pudiera representar al país de la manera más digna posible.

No fue nada fácil, muchos jugadores estaban disfrutando de la playa y el sol en diversos lugares de la costa mediterránea, y estaban obviamente fuera de forma. La estrella de la selección, Michael Laudrup, que se acababa de proclamar campeón de Europa con el F.C. Barcelona, se negó a ir convocado, considerando que Dinamarca sólo podía hacer el ridículo debido a las pésimas condiciones en las que iban a llegar. Por suerte, Moller-Nielsen sí logro convencer a otros dos estandartes de la selección, Brian Laudrup, que estaba enrolado en las filas del Bayern de Múnich, y Peter Schmeichel, portero por aquel entonces del Manchester United. El hermano menor de Michael Laudrup ha llegado a contar en más de una ocasión que fue su esposa quién contestó el teléfono y le dijo que tenía que abandonar sus planes vacacionales para presentarse en un hotel de Copenhague tan solo dos días después.
Dinamarca comenzó su andadura en la Euro 92 el 11 de junio, un día después de la inauguración y contra Inglaterra, pero no pasó del empate a cero. Tres días después se enfrentó a la selección anfitriona y cayó por la mínima con un gol del mítico Tomas Brolin. Parecía que se iban a cumplir los peores presagios, dos partidos, ningún gol marcado, último clasificado del grupo A y con el último partido por disputarse contra la Francia entrenada por Michel Platini, que contaba con estrellas como Angloma, Papin, Blanc, Deschamps o el siempre polémico Luis Fernández. Como curiosidad, en aquella selección estaba presente un jugador llamado Pascal Vahirua, primo de Marama Vahirua, delantero estrella de la selección de Tahiti que acaba de terminar su participación en ConfeCup 2013.
El partido en cuestión se encaminaba hacia el empate, lo que suponía la clasificación de Francia para la siguiente ronda, en este caso las semifinales del torneo, al solo participar 8 selecciones, y la eliminación de Dinamarca, pero un gol de Larsen en el minuto 93 obró el milagro y Dinamarca logró acabar como segunda de grupo, contra todo pronóstico.

La clasificación de Dinamarca para semifinales ya de por sí era un gran éxito y nadie esperaba nada más de La Dinamita Roja, más aún teniendo en cuenta que ahora se debía enfrentar a Holanda, la vigente campeona del torneo, con jugadores de la talla de Rijkaard, Koeman, Gullit, Bergkamp, Witschge, Blind y por supuesto la gran estrella del equipo, Marco Van Basten, aquel delantero excepcional que algunos entendidos se atreven a comparar con Alfonso Pérez Muñoz.
Un doblete del héroe nacional, Henrik Larsen, que acabaría siendo máximo goleador del torneo, fue contrarrestado por los goles de Bergkamp y Rijkard, lo que abocó el partido a una fatídica tanda de penaltis, en la que Schmeichel se convirtió en gran protagonista al detener el lanzamiento de Van Basten, el Alfonso holandés, dándole a Dinamarca el pase a la gran final.
El 26 de junio de 1992, Dinamarca se enfrentó en la final de la Eurocopa a Alemania, que se había proclamado Campeona del Mundo tan solo dos años antes y acudía al torneo como máximo favorito y con todas sus estrellas: Klinsmann, Brehme, Illgner, Sammer, Möller, Hässler, Köhler, Effenberg y Völler. Llegados a este punto la selección danesa ya era el ganador moral del torneo, jugó sin presión, sin nada que perder y acabó derrotando con claridad al combinado germano dirigido por Berti Vogts, con goles de Jensen y Vilfort.

Habían logrado la machada, un equipo sin apenas entrenamientos ni preparación había conseguido proclamarse Campeón de Europa de Selecciones dejando por el camino a los dos últimos ganadores del torneo y a la vigente Campeona del Mundo, dándole la razón a su técnico quién había declarado días antes del comienzo del torneo que “Vamos a ganar el torneo”, lo que había causado que sus propios jugadores se rieran de él.
Tres años más tarde, Dinamarca cerró su etapa más gloriosa alzándose con la Copa Rey Fahd, actual Copa Confederaciones, derrotando en la final a la Argentina de Batistuta, Crespo, Chamot, Ayala, Gustavo López y Ariel Ortega… Y esta vez, Michael Laudrup no quiso perder la oportunidad de sumar un nuevo título a su palmarés.