
El fútbol es un deporte pero no deja de ser un negocio, y como en todo trabajo que se precie, debería predominar el espíritu de la ética. Muchas han sido las ocasiones en las que la deportividad ha brillado por su ausencia, el arreglo de partidos no es algo que nos llegue de ahora, sino que se trata de una manipulación muy recurrente desde los inicios de este deporte. Romper las reglas del juego es muy poco deportivo y jugar sucio es la forma más rastrera de hacer trampas.
La metodología de esta práctica ha ido cambiando con el tiempo, desde las victorias del Inter en las Copas de Europa de 1964 y 1965, del bolsillo de Dezso Solti, hasta el arreglo dorado, entre muchos otros. Hemos hecho una recopilación de los escándalos históricos en el amaño de partidos, competiciones falseadas que han desvirtuado lo que muchos consideran una forma de vida.
El escándalo británico de 1915
Este suceso ocurrió en Inglaterra, la nación donde surgió el fútbol. El 2 de abril de 1915, los 18.000 espectadores del Old Tafford presenciaron uno de los amaños más increíbles de la historia. Manchester United y Liverpool, eternos rivales, jugaban la entonces conocida como League Division One jugándose la permanencia del Manchester en la máxima categoría del fútbol Ingles.

Conforme avanzaba el partido, las sospechas sobre un posible amaño iban incrementándose, el delantero del Liverpool fallaba un penalti y Pagnam se negaba a pasar la pelota a sus compañeros. El propio Meredith no comprendía que sus compañeros no le pasasen el balón y ante los hechos acaecidos, el técnico del Manchester, Robson, abandonaba el estadio.

Días después, el diario británico The Guardian hacía evidente el amaño. Se dio a conocer que siete jugadores habían apostado al resultado 2-0 a favor de los Red Devils, cuyos involucrados fueron Turnbull, West y Whalley por parte del Manchester, y Fairfoul, Miller, Purset y Sheldon de la mano del Liverpool.
Una serie de investigaciones oficiales suspendieron a todos los involucrados, vetando su participación en dicho deporte. En cambio, Turnbull murió durante la Primera Guerra Mundial y el resto de fueron rehabilitados en 1919.
Escándalo bajo fascismo en el Mundial de 1934
El Mundial de 1934 se caracterizó por la inevitable mancha política que perpetró los partidos. Benito Mussolini aprovechó la competición para hacerse propaganda a nivel mundial. Ordenó a los organizadores del certamen amañar el torneo para que ganarlo a toda costa. Los Azzuri recibieron ayuda económica para arbitrar fraudulentamente los partidos.
Los partidos ante España en cuartos de final fueron los más relevantes en cuanto a escándalo se refiere. Los reclamos hacia el árbitro belga por parte de los Españoles no sirvieron en absoluto y la victoria fue para los italianos. Sin embargo, un amaño de semejante índole fue destapado y el juez suspendió al árbitro por su indecorosa actuación.
La década de los arreglos dorados
El título denomina al arreglo de partidos entre el Inter y Juventus entre 1960 y 1970. El escándalo fue destapado gracias a las denuncias de los árbitros, Gyorgy Vadas y Francisco Marques, así como la investigación que Brian Glanville y el Sunday Times llevaron a cabo.
Hubo numerosos indicios de que algo no estaba funcionando correctamente. En la semifinal de la copa de Europa, el árbitro pasó por alto una patada en el estómago de Luis Suárez contra un jugador del Borussia Dortmund. Un año después en la misma competición, Joaquín Peiró dio patadas contra el balón en manos del portero contrario para marcar un gol decisivo.
En la siguiente temporada, el Inter logró tres victorias consecutivas, sin embargo, al llegar a semifinales contra el Real Madrid, el árbitro puso punto y final a sus acuerdos fraudulentos. Vadas, jugador del Soproni Vasutas se negó a aceptar la oferta del presidente del club, Solti. La cantidad de dinero que ofertaba alcanzaba para comprar cinco o seis mercedes y sin embargo, el árbitro se negó. La victoria final fue para el Real.
El escándalo totonero
El amaño de partidos fue declarado como ilegal en Italia en 1989. Tras esto, devino una cultura que facilitaba este arreglo de forma menos evidente. El propio presidente del Perugia, Luciano Gaucci, declaró que el 80% de los partidos italianos eran arreglados.
Los escándalos Totoneros de 1980 y 1986 continúan siendo el único intento concertado de Italia para acabar con el problema. Empezando con la suspensión de Paolo Rossi, cuyas pruebas fueron mínimas, y siguiendo con Máximo Cruciano y Alvaro Trinca, quienes jugaron a apostar en los juegos sobornando a los jugadores de forma individual para arreglar los resultados. Sin embargo, contar con jugadores individuales no siempre era suficiente.

Finalmente Cruciano y Trica confesaron y la policía italiana llevó a cabo una serie de detenciones durante el primer tiempo de los partidos del 23 de marzo. Debido a los problemas que surgieron seis años más tarde y que el camino hacia los sucesos de Calciopoli no pudo ser detenido, el amaño continuó siendo un gran problema.
Calciopoli
Otro de los fraudes más históricos fue el Calciopoli, referido al fútbolo italiano. Los equipos de la Serie A italiana: Juventus FC, AC Milán, Florentia, lazio y Reggina jugaron a pasarse la pelota estratégicamente para obtener beneficios. Resulta qu8e entre 2005 y 2006 hubo una serie de amaños entre estos quipos que, como era de esperar, fueron destapados por la legalidad.

Se les acusaba de conspirar entre ellos para arreglar los partidos designando árbitros estatégicos para favorecerse entre sí. Lo que hacían los árbitros era pitar los partidos clave del campeonato a cambio de sobornos, de la mano de Luciano Moggi, el entonces dirigente del Juventus.
También muchos representantes del círculo futbolístico encubrieron el fraude para beneficierse y posteriormente fueron investigados por las autoridades. En cambio, los principales responsables fueron Luciano Moggi y Antonio Giraudo.