
Muchos madridistas y aficionados al fútbol en general se preguntan por qué un jugador que aparenta tener una calidad mediana ha sido titular indiscutible con su selección y el Real Madrid con distintos entrenadores. Aquí explicamos algunas claves de su juego.
DISCRETO PERO NO INVISIBLE
Durante el verano corrieron muchos rumores de centrocampistas que estaban en el punto de vista del Manchester United, el equipo que aspira a seguir dominando la Premier tanto como lo ha hecho hasta ahora. De Özil a Fábregas, de Thiago a Ander, fueron muchos los nombres que sonaron y entre ellos se coló el de Sami Khedira.
Cuando ya pasó el período de fichajes el entorno del jugador reconoció la veracidad de la oferta de los red devils y se ha llegado a filtrar que pudieron ser hasta 40 millones de euros. Se explica que un equipo rico con poco tiempo pueda hacer un dispendio semejante pero ¿tan valioso es para el Real Madrid como para no haberlo querido vender a ese precio?
En las últimas semanas se han reavivado las informaciones que hablaban de que en invierno el United volvería a la carga a por él y según la prensa británica ese interés se alimentaría del disgusto del jugador en el equipo blanco. Ya dijo una vez que no se sentía valorado y que se sentía chivo expiatorio en la opinión pública.
Sin calidad, tosco, trotón, sin nivel para el Real Madrid… Pero titular para Löw, Mourinho o Ancelotti, ¿qué es lo que pasa aquí?
UNA CONTRIBUCIÓN MODESTA PERO ESTIMABLE
En esta tabla reunimos algunos promedios por partido completo del rendimiento de Khedira en la presente liga:
DISPAROS+PASES DE DISPARO |
1.72 |
REGATES+FALTAS SUFRIDAS |
0.97 |
%PASES BUENOS |
86.3 |
PASES APERTURA BUENOS |
2.16 |
%ACIERTO PASES LARGOS |
84.2 |
SUMA ACCIONES DEFENSIVAS EXITOSAS |
3.90 |
%ÉXITO DEFENSIVO |
69.2 |
SUMA DEFENSA Y FALTAS NO AMONESTADAS |
4.65 |
BALONES AÉREOS GANADOS |
0.76 |
Ninguna de estas cifras se pueden considerar apreciables o estimables en sí mismas, esa es la verdad. Ahora bien, no hablamos de un jugador de tres cuartos obligado a pasar de 3.0 en disparos + pases de disparo, ni de un centrocampista organizador que debería sumar más de 5-6 pases de apertura por partido, ni de un mediocentro defensivo que debería sumar 6-8 acciones en defensa. Sami Khedira es un centrocampista box-to-box, un jugador que debe sumar en ataque, en creación y en defensa y cuya posición en el campo debe estar marcada por la pelota. No se le pide que intervenga mucho sino que esté disponible.
Si comparamos esas cifras con las del resto del equipo, lo que tenemos es que si bien ninguna de ellas era especialmente lustrosa, resulta que en cada una de ellas, y en otras más no reflejadas en la tabla, Sami está casi siempre entre los 10-12 mejores de la plantilla y esa condición sí que le es exclusiva. Porque esos trequartistas como Isco, Cristiano o Bale que sí cumplen con disparos y regates no lo hacen en defensa, Illarramendi puede trabajar algo más en defensa pero apenas se asoma al área contraria, Modric resulta más profuso y versátil pero carece de juego aéreo…. Khedira es como esos billetes y monedas de menor valor, pero sin los cuales se perderían las vueltas.
Por tanto, la primera conclusión de por qué juega Khedira, es porque sirve de contrapeso táctico a las debilidades parciales de sus compañeros. Si recibiera instrucciones precisas, Sami podría disparar 3 veces por partido, podría multiplicar por tres el número de envíos en largo o sería capaz de emplearse únicamente en defensa y sumar 8-10 acciones defensivas. Pero para cada una de esas funciones su equipo ya tiene piezas mejores, por lo que su aportación consiste en complementar, no en suplir.
EL SECRETO ESTÁ EN LA OPORTUNIDAD Y LA EFICIENCIA
Varios de los datos de la tabla anterior podemos reinterpretarlos para darle significación. Por ejemplo, en ataque tenemos que su porcentaje de desborde es del 64%, una cifra bastante buena. Sube poco y a trompicones, pero o avanza o saca la falta 30 metros más allá de donde inició la arrancada, en campo contrario. Una acción así completada en 4-5 segundos tiene el mismo valor táctico que la suma de 10-12 pases cortos que permitan hacer avanzar la pelota mientras el rival se repliega. En promedio, una vez por partido Sami emplea ese recurso y cuando lo hace es porque lo anterior no ha funcionado, por lo que se resalta el valor de su oportunidad.
En el juego de pases, su 86.3% está bien sin ser excelente y sus 1.73 pases en largo resultan algo escasos. Sin embargo, si nos quedamos con la cifra de pase en corto, su acierto se eleva hasta rozar el 90%, cifra muy respetable, y su porcentaje de éxito en el pase en largo supera el 84%, sin duda alguna muy buena. Es decir, toca lo preciso y bien, no acapara protagonismo pero cuando hace falta está ahí para ayudar, y ayuda.
Ahondando en la tipología de pases, tenemos que no sólo es eficiente transmitiendo seguridad en el pase en corto y en largo, sino que se atreve a colgar centros o pasar entre líneas, algo que no debería incumbirle por su posición. Sólo en 13 ocasiones los jugadores madridistas han logrado filtrar un pase con éxito en lo que va de liga, y Sami ha sido uno de los 9 jugadores que lo han hecho y es el séptimo que más centros cuelga, no es un gran dato, pero está ahí.
Y en defensa sucede algo parecido. Otros trabajan más que él, pero la acción defensiva más valiosa, el bloqueo de disparos, le tienen a él como protagonista, pues es el quinto futbolista que más disparos del rival ha evitado: los bloqueos suponen una de cada 12 acciones defensivas suyas, pero sólo una de cada 30 del equipo…
LA IMPORTANCIA DEL EQUILIBRIO
Veamos la siguiente tabla, en ella aparecen datos relativos a las pérdidas y recuperaciones con algunas ratios interesantes
DESPOSESIONES Y PÉRDIDAS NO FORZADAS |
1.08 |
PASES DE APERTURA MALOS |
1.94 |
DISPAROS FUERA |
0.76 |
SUMA DE LOS TRES ANTERIORES |
3.78 |
ACCIONES DEFENSIVAS EXITOSAS /SUMA ANTERIOR |
1.03 |
DISPAROS+PASES DE DISPARO + BLOQUEOS /DESPOSESIONES + PERDIDAS NO FORZADAS |
1.89 |
Un primer dato llamativo es que la suma de sus pérdidas y desposesiones, a pesar de lo aparentemente tosco que es su juego, se reduce a poco más de 1. Es decir, que se iguala mucho el rendimiento de sus subidas con el balón (0.97) con el coste total de sus errores.
En la segunda línea sumamos los centros, pases entre líneas y pases largos que no llegan a buen puerto, y se observa que es una cifra no muy superior a la suma de disparos y pases de disparo, e inferior a esta si le sumamos a favor los disparos ajenos que evita. Los riesgos que corre se amortizan.
Si sumamos desposesiones, pérdidas no forzadas, pases de apertura malos e incluso los disparos que manda fuera, tenemos que la suma conjunta de todo eso no supera su aportación defensiva, más bien la iguala. Es decir que aunque probablemente otros futbolistas podrían aportar más en el juego, lo cierto es que su contribución al equilibrio del equipo es innegable.
Analicemos la segunda ratio. Por más que cometa errores graves como desposesiones y pérdidas no forzadas, y por más que no sea excesivamente fructífero en ataque, lo cierto es que su aportación en este segundo aspecto casi duplica lo anterior.
UNA INTERPRETACIÓN DE SU JUEGO
Con todos los datos recopilados, podemos hacer una interpretación general de su juego y explicar con un ejemplo por qué juega casi siempre que está disponible.
La interpretación es que Sami es como una herramienta multiusos que permite en cada fase del juego, con y sin balón, y casi en cada contexto, aportar soluciones ocasionales bastante oportunas. No es un jugador ofensivo pero suele valerse de su desborde moderadamente seguro para hacer una aportación extra en disparos o pases de disparo, la mitad de ellos asumiendo riesgos como colgar centros o filtrar pases, riesgos que acaban enjugados en fase defensiva. No es un gran pasador, pero se mantiene cerca de la pelota para facilitar la devolución con un promedio muy alto en corto, y asume pocos pases en largo, sólo cuando tiene la seguridad de que llegarán. En defensa es un futbolista donde prima la movilidad sobre la posición, la intensidad sobre la austeridad y aunque su volumen de trabajo defensivo no es muy alto, sí es muy oportuno y compensa de sobra los riesgos asumidos en sus aportaciones ofensivas.
El ejemplo sería el de una gran corporación con multitud de secciones y empresas afiliadas. Sami no es de las que más factura, ni de las que más crece, pero genera beneficios y ayuda con estos a crecer al conjunto.